FIESTA DE ``LAS CANDELAS``
Se caracteriza por la salida de el/ la botarga que es un personaje ataviado de vistosos colores y máscara de madera, cencerros colgados de la cintura, a veces con joroba y un rabo con bola de madera, y una cachiporra con la que amenaza jocosamente a la gente.
Durante años, este personaje salía durante las fiestas patronales de agosto, no perdiéndose así la costumbre y gracias al esfuerzo de un vecino ya mayor, nunca murió del todo; durante muchos años esta botarga aparecía en cuantos eventos fuera requerido. Desde aquí nuestro reconocimiento.
Pero gracias al esfuerzo de la Asociación Cultural “Amigos de Beleña” y de los vecinos esta fiesta volvió a su esencia, es decir, a salir en su día, “Las Candelas” (finde semana más cercano al 2 de febrero).
Y con mucho éxito, ya que los jóvenes han cogido el testigo y hoy lucen el diseño del traje original, recuperado de fotos antiguas.
La aparición de los botargas tiene lugar en la mañana del sábado, (aunque el viernes a partir de las 20.00 se encenderá una hoguera, habrá parrillada y se terminará con una cencerrada), acompañados por el “mayordomo” que lleva al hombro unas alforjas de tela donde va depositando los donativos que los botargas recogen por todas las casas del pueblo. En esas primeras horas el papel de los enmascarados es el de despertar a sus vecinos y pedirles dinero. Nadie conoce su identidad hasta el momento en que llegan a la puerta de la iglesia para entrar a misa y se descubren. A media mañana las campanas de la iglesia de San Miguel anuncian la hora de misa y los botargas en el atrio del templo se descubren el rostro y dejan en la puerta caretas, campanillas, cachiporras y castañuelas, y acceden al interior permaneciendo en la parte de atrás junto a la puerta. Tras la misa llega la procesión con la imagen de la Virgen, y a la que acompañan los botargas. Al finalizar se puja por los brazos de las andas y se introduce la imagen de nuevo en la iglesia. A la salida los botargas esperan en la puerta y ofrecen a besar un crucifijo a todos los fieles que salen, y que deben depositar limosna en un cestillo que uno de ellos sujeta.
Después es costumbre que se reparta la caridad, que son unos pequeños panes con anisetes que preceden a la comida popular llamada “La Machorra” (así se llama a la oveja hembra estéril, que era lo que se comía), hoy sustituida por un buen cocido. Tras el cual se puede disfrutar de una actuación musical en el maravilloso pórtico de la iglesia, después se entrega el premio al Botarga de la Candelaria. y se termina la jornada con la rifa de la anguila (mazapán con forma de este animal), y un buen chocolate caliente.