BLOG

FIESTA DE «LAS ÁGUEDAS»

Fiesta de las Mujeres ``SANTA ÁGUEDA``

Es una de las fiestas más populares y documentadas de Cogolludo, ya que aparece en el “LIBRO DE RRENTAS Y PROPIIOS DE LA VILLA DE COGOLLUDO QUE COMIENÇA EL AÑO 1594. En este aparece el pago que realiza el Concejo a la Iglesia de San Pedro por la misa de Santa Águeda, lo que indica que era una fiesta popular.

La imagen de Santa Águeda estuvo en su retablo en la Iglesia de San Pedro hasta que fue saqueada durante la Guerra Civil. Era en esta iglesia donde se celebraba la fiesta y en las vísperas se volteaban las campanas, con tanto ímpetu, que en alguna ocasión, se llegaron a romper, por lo que el cura de San Pedro puso una tasa de cinco reales por cada vez que se volearan.

Se pierde durante unos años su rastro, pero vuelve a tomar protagonismo los primeros año del siglo XX, y en 1980 se estrenaron los trajes típicos regionales, siendo declarada Fiesta de Interés Turístico y Provincial desde 1995.

Pero, ¿ quién fue Santa Águeda?

Santa Águeda nació en Catania o en Palermo hacia el año 230, época en la que mandaba, en nombre del Emperador en la Isla de Sicilia, el gobernador Quinciano. El cuál llevó a cabo, terribles persecuciones contra los cristianos. Éste quedo prendado de la hermosura de Águeda, intentando por todos los medios hacerla suya, pero Águeda había ofrecido su virginidad al Señor. Cómo el gobernador es rechazado siempre por la joven, la lleva ante un tribunal que termina castigándola quemándola, cortándole los pechos y arrojándola a un calabozo. Aquí es donde se le aparece el apóstol Pedro y en nombre del Señor la cura. Pero ahí no termina su codena, porque Quinciano la tienta a una última prueba, extiende su cuerpo desnudo sobre brasas para que cambie de opinión y deje de lado su fe en Cristo, en cambio mientras está sufriendo este último martirio ocurre un espantoso terremoto, en el que mueren algunos amigos del gobernador. Mientras la vuelven a encerrar en el calabozo, su alma se le va saliendo por las heridas y después de balbucir: “Gracias te doy, Señor y Dios mío” descansa en la paz de su martirio y su virginidad. Por todo ello se recurre a ella por los males de los pechos, partos difíciles y problemas de lactancia. En general se la considera protectora de las mujeres.

Regresar a la lista

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *